Flashback:
Allá por el
mes de Mayo de 2013, en vísperas de participar en la famosa prueba de Los 10.000 del Soplao, a mi hermano José Andrés se le ocurre ponernos el enlace de algo que ha visto, una prueba de
resistencia en MTB, con el fabuloso nombre de “Madrid Lisboa Non Stop”, y el no menos aterrador apellido “La prueba más larga y dura del mundo del mtb”.
Pues bien, lo que en ese momento era una opción más o menos soñada, con el paso
del tiempo fue cogiendo forma, hasta que durante el mes de Agosto, tras
reiterados emails cruzados con la organización para resolver dudas, surge
realmente la posibilidad de hacerla.
Y además, con
un añadido solidario, portar en nuestros maillots el logotipo de la Asociación de Mucopolisacaridosis de
Castilla la Mancha (MPS), con dicha asociación ya colaboramos en nuestra
ruta nocturna del mes de mayo, y le comentamos nuestra idea, la cual aceptaron
de buen grado y nos dieron el empujón definitivo para llevarla a cabo.
En principio,
la haríamos los dos solos, mi hermano y yo, cuando lo comentamos con los
compañeros del club, se nos une nuestro buen amigo Juanchu, y como 3 es un número impar y a nosotros nos gustan las
cosas bien hechas, convencimos (o se dejó convencer) a la otra pata del banco,
a nuestro amigo José Andrés (alias
Tachen), y así estábamos de nuevo los 4 embarcados en una nueva odisea,
rememorando, los caminos de Santiago que hemos realizado en tiempos pasados los
cuatro juntos.
Pues bien,
omitiendo detalles sin importancia de logística, los consabidos nervios por el
acontecimiento y los cambios de opinión en los mas variados aspectos, nos
encontramos con que a última hora, decidimos incorporar un conductor para la
furgoneta, por si la dureza de la prueba y el cansancio, nos impide conducir en
plenas facultades y así evitar riesgos innecesarios, para ello contamos con
otro buen amigo, José María, no se lo pensó, se lo pedimos 2 días antes de
partir y nos dijo que sí, a la primera, lo que hiciera falta, así que ahora ya
estamos todos, hora de partir.
Viernes
20 de Septiembre:
Como toda
odisea que se precie, tienen que existir dificultades no previstas, y la
nuestra apareció muy temprano en forma de atasco de tráfico de magnitudes
monumentales, 2 horas parados en la A4, dirección Madrid, y viendo cómo
transcurría el tiempo sin poder hacer nada, si ya los nervios estaban claros,
en esta circunstancia se nos salían por todos los sitios, impotencia, rabia,
incapacidad de poder modificar una situación absurda viendo que se nos pasaba
el plazo para recoger los dorsales y aún estábamos a más de una hora de camino
de Las Rozas, el punto de partida de nuestra aventura.
He de
reconocer que nos tranquilizó la llamada que nos hizo la organización,
preguntando por nuestro retraso, y cuando lo explicamos, muy amablemente nos
ofrecieron la posibilidad, no sólo de esperarnos hasta la hora de salida, sino
incluso trasladar nuestros dorsales a la primera etapa, algo que nosotros
personalmente y por cuestiones obvias no deseábamos en ningún momento, así que
tras unas pequeñas maniobras “políticamente incorrectas”, logramos eludir el
atasco y presentarnos dentro de la hora en la zona de acreditaciones para
recoger los dorsales y todo lo necesario para comenzar, si bien, faltando 10
minutos para la salida, lo teníamos todo muy justo.
Capacidad de
improvisación superada, nuestros amigos que harán la primera etapa, se preparan
bicis y equipos, mi hermano y yo, que haremos la segunda, nos encargamos del
protocolo para la furgoneta de asistencia, la dichosa aplicación para el móvil,
libro de ruta, etc. Nos olvidamos de saludar a los amigos que sabemos que están
por aquí, sólo me da tiempo a cruzar unas palabras con Willy de Altillobike, con Angel
Santamaría, paisano que compite en otro equipo, saludar de pasada a José María Benayas, otro biker Titán y
con Chus Castellanos de PlanetaMtb que está haciendo su
reportaje de la prueba.
Etapa 1.- Las Rozas.-
Salida de la
prueba a las 11,00 h. increíble, Juanchu
y José Andrés aún no están preparados, es decir, que vamos a salir más
tarde que el resto de los participantes, cuando el globo de salida y todo el
merchandising está siendo recogido,
entonces aparecen ellos cual jinetes desbocados, salen con 15 minutos de
retraso, pero seguro que pillan al pelotón, porque había prevista una salida
controlada por la población.
Nosotros,
recogemos todo y nos dirigimos a la primera Estación de Hidratación, Robledo de
Chavela, como resumen son las 11,30, llevamos levantados desde las 5 de la
mañana, y con todo lo que nos espera por delante, aún sin desayunar, con
nervios y un poco “acojonados” por el nivel que se aprecia en el parking,
autocaravanas, equipos con mecánicos, con fisioterapeutas, en fin, algo de lo
que nosotros carecemos, pero que en ninguna manera nos intimida.
Etapa 2.- Robledo de Chavela.-
Fin de la
primera etapa, nosotros aparcamos y nos dedicamos a comer para coger fuerzas,
los nervios siguen a flor de piel, y más cuando aún no he podido incorporar los
tracks de la carrera a mi GPS, me daba error en mi casa y confiaba en que
alguien me echara una mano en la salida, pero no hemos tenido tiempo, por
suerte los compañeros que están al lado, los oigo hablar del tema y les
pregunto, me solucionan el problema, era por un lío con los puntos del track,
así que consigo meter la 2ª etapa que es la que nos toca hacer a nosotros y
sobre la 1 y algo, empiezan a llegar los primeros, subidón de nervios y nos
preparamos todo por si vienen pronto, el tiempo pasa, aún no viene la mayor
parte de los equipos, así que me da tiempo meter todas las etapas pares, para
no depender ya del GPS y a conocer al único equipo femenino que participa (Superprestigio), con Isabel a la cabeza, ellas tampoco
llevan mecánico, ni fisio, ni autocaravana, y están igual que nosotros,
intentando maximizar el espacio que tienen en la furgoneta para acomodarse lo
mejor posible, con su resultado, demostraron ser unas bikers de primera
categoría.
Tranquilos, si
es que se puede estar en una situación así, porque en su momento concretamos en
llamarnos por teléfono cuando estuviéramos a unos 5 Km. De la llegada y
nuestros compañeros aún no dan señales de vida, así que nos colocamos dorsales,
llenamos bidones y camelback y damos una pequeña vuelta en bici por el
aparcamiento sobre todo para calmarnos un poco; según pasa el tiempo, van
llegando corredores y los nuestros no llegan, al final, la preocupación empieza
a hacer acto de presencia, por tiempo y condiciones, deberían haber llegado ya,
la duda surge, ¿se habrán perdido?¿habrán tenido problemas al salir de Las
Rozas ellos solos?....hasta que nos llaman diciendo que están llegando,
entonces la cabeza hace sus propios cálculos, ahora de lo que se trata es de
asegurar que vamos cubriendo etapas con tiempo de sobra sobre el cierre de control
para no tener problemas, y sobre todo, ganar tiempo ante cualquier
eventualidad, creo que, el mayor miedo que tenemos es no poder terminar por
alguna avería, confiamos en nuestras fuerzas, y a priori con los datos que
tenemos es relativamente fácil acabarla, pero siempre puede haber imprevistos.
Aparecen los
dos sin problemas, unas pérdidas de orientación sin grandes consecuencias y
sobre todo la salida tan desastrosa que hemos tenido han hecho que se retrasen
más de lo previsto, aún así, vamos con 45’ de adelanto sobre el tiempo de
cierre, es nuestro turno.
Cambio de
pulsera y a pedalear, los primeros kilómetros se hacen por carretera, muy
llevaderos, lo suficiente para acomodar las pulsaciones, se unos unen 2 bikers
más, uno es Rafa del equipo Mediaset y otro es Chechu, del C.C. Tordesillas,
con ambos compartiremos no sólo kilómetros, sino también varias etapas a lo
largo de la prueba, la carretera se deja de golpe a través de una cuesta
bestial de asfalto rugoso que sale a la derecha y allí ya nos adentramos en los
caminos que nos tienen que llevar a la segunda Estación de Hidratación, el
paisaje a pesar de la sequedad que tenemos es bonito, bosques y monte bajo, y
las primeras cuestas hacen acto de presencia, así vamos rodando hasta volver a
una carretera comarcal para atravesar el bonito pueblo abulense de Cebreros, para dirigirnos hacia el Embalse del Burguillo, aquí nuestro
compañero Rafa, tiene su primera “toma de tierra”, en una curva cerrada a
derechas por suerte sin consecuencias, nos adelantan un par de bikers que
durante unos Km. se quedan con nosotros, hacemos buena grupeta por la zona del
embalse, digno de ver y fotografiar, aquí circulamos por carreteras comarcales
con lo que la velocidad es alta y el ritmo bueno, vamos bien de tiempo, hasta que
tengo un problema con el GPS, se me bloquea y me entretengo un instante,
suficiente para que me dejen atrás, salvo mi hermano, claro está, el caso es
que abandonamos la carretera para avanzar por unas preciosas trialeras con la
vista del pantano al fondo que hacen la delicia de cualquier biker, aquí además
de disfrutar somos conservadores, en este caso no es plan de arriesgar, estamos
al principio, y no quisiéramos que una caída pueda estropear la hazaña, aún así,
bajamos a buen ritmo y según nos marca el cuenta kilómetros va quedando poco y
en buena hora con lo previsto.
Nos alcanza Juan Carlos, un chaval del equipo Corre1+, que se ha perdido y nos acompaña durante todo el
trayecto que nos queda, una vez pasadas las trialeras, se rueda por pistas en
muy buen estado, atravesamos alguna pequeña población que las gentes muy
amables nos indican la dirección a seguir, aquí tengo un pequeño
desfallecimiento, a pesar de haber comido un par de barritas, no tengo las
fuerzas que debiera y cualquier repecho se me hace durísimo, el compañero Juan
Carlos me da una barrita, me la como, bebo agua y parece que hace efecto, me
recupero y volvemos a rodar en velocidades apropiadas a nuestro nivel, avisamos
a nuestros amigos a falta de 5 Km. Y volamos hasta que aparecemos en Burgohondo
recortando 1,15 h. al tiempo previsto, lo que hace que pillemos a Juanchu y a
Tachen sin preparar del todo, pero con la satisfacción de haber cumplido con la
etapa y con la confianza en aumento.
Etapa 3.- Burgohondo.-
Fin de la
segunda etapa, piernas perfectas, confianza por las nubes y las ganas
rebosantes, ahora mismo tenemos un subidón de moral, al comprobar que no sólo
hemos recuperado tiempo perdido, sino que además lo hemos hecho en una etapa,
que supuestamente no era para nosotros, tras una ducha relajante, nos dedicamos
a recoger todo y a volver a jugar al tetris con la furgoneta, volvemos a reencontrarnos
con los compañeros de etapa, Chechu,
Rafa y Manolo de Castellón,
lástima que no sean de equipos de 2 participantes, porque eran buenos
compañeros, unos amigos gallegos nos regalan una empanada porque dicen que
ellos ya no pueden mas y están hartos, nosotros que somos de estómago
agradecido, la aceptamos encantados.
Carretera y
pasta, mientras nos dirigimos al siguiente punto de encuentro, vamos comiendo,
pasta como el 99% de los bikers y la empanada que nos sabe a gloria, una
carretera secundaria con muchas curvas y con el sol de frente hace que vayamos
muy despacio y que nos presentemos en Navalperal de Tormes ya anocheciendo y
claro está, sin dormir nada.
Etapa 4.- Navalperal de Tormes.-
En esta
pequeña población, no hay un espacio habilitado para aparcar, es toda la
población la que resulta ser un enorme aparcamiento, así tanto a los lados de
la carretera, como en la misma plaza hay vehículos de asistencia con gente
dentro descansando. Nosotros aprovechamos el único bar del pueblo, para poner a
cargar los móviles, a estas alturas, aunque conectamos la aplicación del móvil,
cada vez nos preocupa menos porque hemos visto, que a partir de determinado punto,
dicha aplicación se para y deja de funcionar, pero aún así, la encendemos.
Me tomo un
café, con la idea de que me ayude un poco para la noche que se nos presenta, y
ni corto ni perezoso, saco una pequeña colchoneta que llevamos y la pongo en el
suelo para descansar, al menos estoy en posición horizontal y me duermo un
rato, mi hermano en el asiento trasero de la furgoneta y Jose María en el del
conductor…estas serían nuestras ubicaciones durante todo el recorrido. Sobre
las 11 de la noche, nos llaman nuestros amigos, les quedan 7 Km. Pues ¡hala! A
organizarse y prepararnos, ahora nos toca poner las luces a la bici, será toda
la etapa de noche, confiados, porque uno de la organización nos dice que esta etapa es “de descanso”….no sé,
si tiene un desnivel acumulado negativo superior al positivo, y en 80 Km. La
organización te da 4 horas y media para terminar, no termino yo ver donde está
el descanso, pero es lo que hay.
Al final, el
punto de control se encuentra en una pequeña plazoleta con una fuente, y un
servicio de avituallamiento de lo más nutrido y sabroso que ha habido en
todo el recorrido, desde jamón, pasando
por pastas, galletas caseras y tortilla de patatas exquisita, hace que volvamos
a comer un poco, e incluso tomarnos otro café, todo sea para mantenernos
despiertos.
Aparecen sobre
las 23,45 h. los últimos kilómetros han sido muy duros, esta etapa, es una de
las encerronas que había en el recorrido, pero la han solventado con buen
nivel, así que salimos dando pedales por segunda vez.
Unos 15
minutos antes habían salido algunos compañeros, y nos lanzamos a ver si los
pillamos, al igual que antes, los primeros Km. son por carretera y en descenso,
lo que hace que alcancemos velocidades de infarto y eso que es de noche, tanto
los focos de la bici como el frontal
hacen bien su función y vamos bien
iluminados, además gozamos de una luna llena que mantiene en penumbra nuestro
alrededor, nos dirigimos hacia la población de El Barco de Ávila, seguimos en
la provincia de Ávila, pero vamos hacia Extremadura, cruzaremos por el Valle
del Jerte, de noche, una lástima no disfrutarlo, pero es lo que hay.
Cruzamos el
río Tormes por un bonito puente, y
al final existe una preciosa ermita iluminada creo que es “El Cristo del Caño”, pero nuestros móviles no hacen buenas
fotografías en estas condiciones y nos
abstenemos de intentarlo, seguimos acumulando tiempo de reserva para
incidencias y no queremos ser nosotros menos que nuestros amigos para que eso
no sea así, con lo cual, nos damos una auténtica paliza en los kilómetros que
siguen; la carretera se abandona a media subida del famoso puerto de
Tornavacas, aquí a pesar de la luz y del GPS, hay momentos en que vamos campo a
través y al cabo de unos minutos nos damos cuenta que el camino está a un par
de metros a nuestro lado, con la consiguiente rectificación de trayectoria,
esto es muy recurrente en campo abierto y atravesando las dehesas que cruzamos,
hasta que nos encontramos con una cantera y un camino que transcurre paralelo a
un arroyo/río, con sus charcos y todo, toma ya, quien lo iba a decir, que nos
mojaríamos los pies en esta etapa, así continuamos ascendiendo, nos toca abrir
alguna cancela de vallado de ganado con el miedo correspondiente, confiando en
que a estas horas las vacas o toros estén en los brazos de Morfeo, así hasta
que ascendemos la cota más alta del dichoso puerto, comenzamos el descenso, un
descenso que si de día tiene que ser alucinante, de noche es muy arriesgado
bajarlo subido encima de la bici, eso es como lanzarte por la ladera de una
cantera, solo vemos piedras y más piedras, la senda brilla por su ausencia, que
no digo que no existiera, pero que nosotros no la vemos, creo que bajamos por
el peor sitio que se pueda bajar, pero con la luz que llevamos es lo que hay,
el tiempo sobrante que teníamos se va diluyendo en esta bajada; para descender
un kilómetro lineal, necesitamos 20 minutos, aunque claro, esto conlleva un
descenso vertical de 500 metros y como digo, dominado por las piedras, al fondo
se ven las luces de una población, pero esta parece que no llega nunca, cuando
al final salimos a una pista asfaltada, se nos ilumina el cielo y el semblante,
aquí volvemos a nuestro hábitat natural, es decir, encima de la bici y no al
lado de ella, y como también es con pendiente negativa, la velocidad vuelve a
hacer acto de presencia.
Nos adelanta
un compañero asturiano, que lleva el foco más potente que hayamos visto nunca
encima de una bicicleta, podéis creerme si os digo que parecía un foco halógeno
de un coche, y claro, con él compartimos unos kilómetros hasta que nos dejó en
un camino en el que resultaba incómodo seguirlo con nuestra “mini luz”;
atravesamos un singletrack de vértigo con un barranco de unos 5 metros a
nuestra derecha y al fondo el río, que como era de noche, no sentimos miedo… ¡no
veíamos el fondo! Pero que si lo llegamos a pasar de día, te digo que lo
hacemos a pie, el caso es que siguiendo el serpenteante camino que transcurre
por todo el valle del Jerte,
cruzando la localidad que da nombre al mismo, llegamos a los aledaños de
Navaconcejo, pueblo que será muy pequeño, pero que es muy largo puesto que
transcurre longitudinalmente a través del río Jerte y la carretera, y que nos
tocó atravesar por su margen derecha hasta llegar al siguiente punto de
control.
Etapa 5.- Navaconcejo.-
La llegada es
apoteósica, cuando llegamos nosotros van quedando pocos vehículos de
asistencia, es lo que tiene rodar en el grupo de cola, creo que detrás de
nosotros sólo hay 4 o 5 equipos, son casi las 4 de la mañana, es decir que
llevamos casi 4 horas de adelanto sobre el cierre de control, estamos
conformes, la idea era esa, arañar una hora en cada etapa y así lo vamos
haciendo, aquí damos el relevo y nuestros compañeros salen en la que será una
jornada muy larga, damos buena cuenta de los bocadillos de jamón que tienen en
el avituallamiento y tras la ducha de rigor, nos trasladamos a la siguiente
Estación de Hidratación.
Etapa 6.- Cañaveral.-
Cuando
llegamos el aparcamiento está abarrotado, buscamos un hueco rápidamente y por
segunda vez, nos ponemos en posición horizontal para dormir un poco, yo lo
consigo al menos durante una hora y media, luego ya después con el movimiento
de los compañeros ya no es posible y nos dedicamos a hablar con unos y con
otros, a reordenar los enseres de la furgoneta y a buscar puntos de luz para
cargar GPS y móviles, coincido de nuevo con los amigos de Peralbillo, ellos están haciéndolo en un equipo de 3 y se les ve
más descansados, un compañero que está al lado, tiene problemas con su
bicicleta y José María, como es habitual en él, le echa una mano y salva la
situación por el momento.
El día va
cogiendo su color, aprovechamos para desayunar un cola cao y una tostada en el
bar que hay al lado del aparcamiento mientras llega nuestro relevo, esta etapa,
además de ser nocturna es de las que traerá pesadillas mientras duermes, con 92
Km. y un desnivel positivo acumulado de 1.500 metros, los esperamos sobre las
10 en el mejor de los casos.
Al final
llegan sobre las 10,30 h. una vez más seguimos siendo los que van cerrando la
puerta, pero esta vez, al menos por una buena causa, han encontrado a 2
compañeros que andaban perdidos y justos de fuerzas y los han acompañado a su
ritmo para que pudieran llegar, aún así seguimos dentro del tiempo previsto,
así que vuelta a la bici por nuestra parte.
En este tramo
se sale en dirección contraria a la Vía de la Plata, durante un buen tramo,
hasta llegar al Embalse de Alcántara, esto hace que emocionalmente nos vengamos
arriba recordando viejos tiempos de bicigrino, y además con la confianza de
pasar por zonas técnicas de día, en contraste con lo sufrido en la etapa
anterior, logramos llevar un ritmo bueno, tal es así que cuando abandonamos la
carretera nacional y cogemos la comarcal, pillamos a 2 compañeros (Uno del
equipo Pedales del mundo, el otro no
lo recuerdo) y pedaleamos un rato los 4 juntos, esta zona es divertida,
bordeando las laderas de las pequeñas lomas que tiene la zona, así hasta llegar
a una pequeña población Garrovillas de
Alconétar, a la salida de la misma, a uno de los 2 bikers que nos acompañan
le da un golpe de calor y tiene que tumbarse a la sombra del único árbol que
hay en la zona, justo antes de la subida por el Convento de San Francisco, tras preguntarle si está bien, nos
indica que continuemos, que para él ya ha acabado la carrera y va a llamar al
teléfono de emergencias, una lástima, pero la etapa sigue, y con ella el calor
agobiante, el termómetro del GPS, algunos ratos marca los 42º, y el camino
transita por zona casi desértica, ni una sombra, sólo arbustos y monte, por
aquí tenemos nuevos encuentros con la fauna autóctona en forma de ganado
bovino, que sí, que en la tele son muy bonitos y serán muy mansos, pero que
cuando tienes que pasar a escasos centímetros de ellos encima de una bici, el
miedo te sale por los poros.
Aquí empieza
nuestro calvario del día, a pesar de llevar camelback, bidones y botellas de
repuesto, nos lo bebemos todo, nos estamos quedando sin bebida y sin fuerzas,
el desnivel es un constante sube y baja de cuestas, algunas ciclables y otras
no, con el consiguiente descenso de la bici y subida a pie, el paisaje a lo
lejos, engaña, porque se divisa el
Embalse de Oriol, pero sin embargo no hay una población cercana ni forma de
conseguir agua, vamos siguiendo el Camino
Natural del Tajo, destacado por unos postes de madera con un letrero rojo,
y que hace que aquí el GPS casi no sea necesario, pero pasamos nuestro peor
momento en toda la carrera, no es cuestión de fuerzas, es cuestión de
mentalizarse que no llevamos bebida y nos quedan 25 Km. aún bajo un sol
abrasador, nuestro objetivo ya no es Alcántara,
es llegar a una población anterior Mata
de Alcántara, que se encuentra a 15 Km., mi hermano en un conato de locura,
insta a que nos acerquemos a las casas de pastores que vemos por el camino,
pero obviamente, todas están cerradas y sin ningún viso de tener agua por algún
lado, así vamos racionando la última botella de Powerade que nos queda, hasta
que a falta de 7 Km. y según el perfil del GPS, ya es todo bajada, nos bebemos
lo último que teníamos y nos lanzamos a tumba abierta.
Llegamos al
pueblo de Mata de Alcántara, y nuestra opción de emergencia, obviamente es
pasar a un bar y pedir bebida para reponer líquidos, nos bebemos 2 coca colas y
2 cervezas con limón, en menos tiempo que el camarero en ponerlas, y pedimos
agua para rellenar la camelback. Suficiente, como digo, creo que el problema
además del líquido perdido, era mental, y esto nos recupera en ambos aspectos,
así que los 10 Km. que nos faltan hasta Alcántara, los hacemos a todo lo que
dan las piernas, y habiendo avisado a nuestros amigos, nos presentamos sobre
las 5 menos cuarto de la tarde, es decir 6 horas y pico desde que salimos esta
mañana, pero aún con 5 horas de margen sobre el cierre, y por supuesto, en el
grupo de cierre de la carrera.
Etapa 7.- Alcántara.-
A estas
alturas de la prueba, nuestros rituales ya son mecánicos, y la furgoneta
incluso parece más grande, así que, Jose
María se ocupa de las bicis, nuestras bolsas ya están fuera, cogemos la
ropa y vamos a ducharnos y a comer un poco y beber un mucho, en esta ocasión
tenemos a nuestro ángel de la guarda velando por nosotros, puesto que minutos
antes, Juanchu y Tachen se comentan
mutuamente si llevan la bomba de la bici por si pinchan, ¡sorprendentemente,
ninguno de los dos la lleva!, así que se la echan a un bolsillo del maillot y
circulando, que la etapa se las trae.
Nosotros, una
vez refrescados por fuera, nos dirigimos al bar que hay cerca, para comer algo
más consistente que no sea pasta, y tras el refrigerio nos dirigimos a la
siguiente población.
Etapa 8.- Cedillo.-
¿Qué decir de
este pequeño pueblo extremeño? Pues que además de ser muy pequeño, es la
frontera con Portugal, y que por los comentarios de los compañeros que van
llegando a meta, la etapa desde Alcántara, es tan bonita como dura, sino más,
un constante rompe piernas y muy, muy técnico, así que si todos los compañeros
están tardando sobre las 7 horas y media, nos lo tomamos con tranquilidad,
porque esperamos que los nuestros aparezcan sobre la media noche. Así que
decidimos descansar un poco, con el consiguiente sueño reparador, yo en mi
colchoneta y mi hermano en el asiento de la furgoneta. Tras recuperarnos (es un
decir) del cansancio, nos damos una vuelta por el campamento y hablamos con los
compañeros, vuelvo a ver a Isidro y
Ramón de Peralbillo, su compañero Juan
Manuel, acaba de salir e Isidro me comenta que esta ha sido la etapa más
dura con diferencia, temo por mis compañeros, me lo acaba de comentar un tipo
que anda mucho en bici, y que están haciendo la prueba 3 corredores, o sea que
si él, ha tardado 7,5 horas, estando más descansado, nosotros saldremos de aquí
pasadas las 12; en fin, hablamos con los amigos de Mediaset, en su caso Rafa, que es el que está pedaleando
salió 2 horas antes que los nuestros, pero Enrico,
comenta la posibilidad de hacer la etapa nocturna juntos, por nuestra parte no
hay problema, siempre será más entretenido, además según el perfil, será muy
rodadora con mucho asfalto y por lo tanto, más aburrida.
Aprovechamos
para ir a comprar unos bocadillos y meter algo de proteínas para el cuerpo
mientras llegan, así gastamos el tiempo, hasta que a las 22,20 h. nos suena el
móvil, están llegando...¡qué bestias!, alucinamos todos, se acaban de marcar
una etapa durísima en 6 horas y poco, ha metido casi una hora a todos los
compañeros que veníamos rodando en tiempo similares, y además cuando llegan nos
cuentan que ¡Juanchu ha rajado la cubierta!, o sea, que ha sido proverbial
echar la bomba de aire, porque no hizo falta hasta esta etapa, han solventado
el problema sujetando la cubierta con bridas (eso lo aprendimos en el camino de
santiago) y una cámara. Increíble, llegan con una sonrisa de oreja a oreja,
nosotros ya estamos preparados, luces, cámaras (de repuesto) y ¡acción!.... un
momento, Rafa aún no ha llegado, Enrico dice que no importa que se viene
con nosotros, caemos en la cuenta que tiene que esperar a su compañero para el
intercambio de pulsera, el caso es que entre unas cosas y otras, se forma un
grupo de 7 corredores que esta vez sí, salimos todos juntos para afrontar la
etapa nocturna más larga, 92 Km. y 6 horas por delante, son casi las 11 de la
noche, a estas alturas el cierre de control está previsto a las 6 de la
madrugada, así que todo dentro de lo previsto, 1 hora adelantada por etapa,
salimos por una carretera que desciende hasta la central eléctrica que hace las
funciones de frontera con Portugal y
partimos con la oscuridad por delante, esta vez, Enrico (Mediaset), un chaval portugués (dorsal 352), Marcos (Corre i vola), volvemos a
pedalear con Manolo de Castellón
(228) y Chechu (C.C.Tordesillas), y
por supuesto mi hermano y yo, ....me viene a la mente la famosa banda sonora de
los 7 magníficos del maestro Bernstein.... en estos momentos, la temperatura es
muy agradable, vamos por asfalto a buena velocidad y vamos hablando un poco
entre todos, así que los kilómetros transcurren deprisa y sin muchas
dificultades, pronto se abandona el asfalto y pasamos a pistas de tierra y
piedra, esto hace que el grupo se frene un poco, y entre el polvo que se
levanta a nuestro paso y los desniveles que presentan los caminos, a mí,
personalmente me entra una pequeña neura y no voy cómodo, las piernas no me
fallan, tengo fuerzas, pero la noche y el cansancio acumulado hace que no me
encuentre bien, en esta ocasión, a diferencia del resto de etapas, sólo llevo
mi viejo GPS, y aún así nos sirve para evitar dar algún rodeo, en algún cruce
un poco liado, el problema además se agudiza por el dolor de culo (con perdón)
que llevo a estas alturas, me hace ver las estrellas una dichosa rozadura, que
por mucha crema que me ponga no he podido evitar, y los caminos empedrados hace
que me acuerde más todavía de su existencia.
La etapa en
sí, es un poco liante, mucho giro a izquierda y derecha, que unido a la
nocturnidad, parezca que estamos en un laberinto sin ver si avanzamos mucho o
poco, la única referencia es el cuenta kilómetros y el tiempo transcurrido, nos
movemos por unos caminos agrícolas con vallas de piedra a media altura, y nos
acompañan sin descanso los ladridos de los perros, algunos en la lejanía, otros
cada vez más cerca, que acto seguido nos sirve como espuela para pedalear más
rápido, en algún tramo de asfalto, Chechu
da rienda suelta a su espíritu "carretero" y pone el grupo a 50 km/h
durante un buen tramo, así avanzan los kilómetros que no veas, pero las fuerzas
también se resienten y alguno se queda descolgado; hacemos un par de paradas
técnicas, tanto para reponer fuerzas (estoy harto de las barritas) como para
cambiar baterías a los focos o ponernos algo de abrigo que la noche está
refrescando.
Así avanzamos
hasta que cruzamos la pequeña población de Margem,
aquí tenemos un pequeño puerto de 1 km. sobre asfalto en buen estado y una
pendiente del 5%, aquí subimos a buen ritmo hasta coronar la cima, un pequeño
parón técnico, llamada a los compañeros para decirles que estamos a 20 Km. pero
que según el perfil todos son en bajada, y así sin más miramientos, plato
grande, piñón pequeño y a tumba abierta, descenso fácil, pero no es tan alegre
como creíamos, si bien es verdad que no hay subidas, la verdad es que una vez
que desciendes el puerto es casi todo llanear, pero a estas alturas no nos
vamos a asustar y seguimos con velocidades cercanas a 30 Km/h. aquí puede más
las ganas de llegar para descansar que el hecho de rebajar el tiempo, creo que
todos tenemos ya claro, que está conseguido el reto, sólo nos queda saber en
cuanto tiempo lo haremos.
Etapa 9.- Ponte de Sor.-
Nos
presentamos en el punto de control sobre las 4,30 h. de la madrugada, es decir,
5 horas y media desde que salimos de Cedillo, sólo hemos rebajado media hora
sobre el límite horario, pero eso ya ha pasado a un segundo plano, ahora ya se
pedalea para conquistar el objetivo, las fuerzas son las que son, y nosotros
cuatro, particularmente, nos encontramos pletóricos, no voy a decir mejor que
cuando empezamos, pero desde luego no tan mal, como vemos a algunos compañeros,
unos ya han terminado porque forman parte de equipos de 3 o 4 bikers, pero
algún otro como mi tocayo Manolo de
Castellón, al igual que nosotros, aún le toca hacer una etapa más.
En Ponte de
Sor, se continúan con los rituales, cambio de pulsera, compañeros que van a por
su última etapa, ducha, recogida de enseres y nosotros a recuperar fuerzas a la
zona de avituallamiento, unos voluntarios muy amables, nos dan a probar unos
dulces típicos de la localidad, y a mí personalmente, me dan una “mini Sagres”
que después de tanta bebida isotónica, me sabe a gloria, y que acompaño de un
bocadillo de jamón york, así duchados y comidos, nos dirigimos al último punto
de encuentro, la que será la etapa definitiva.
Etapa 10.- Coruche.-
El tránsito
entre Ponte de Sor y Coruche, no me preguntéis cómo lo hicimos que no lo sé,
bueno, sí, yo lo hice dormitando y cansando a José María con mis
preguntas....dormía, preguntaba si iba bien...volvía a dormir, me despertaba de
nuevo y le volvía a preguntar...así hasta la saciedad, no sé como no me dejó en
una cuneta tirado, eso por mi parte, mi hermano, creo que no acabó de cerrar la
puerta y ya iba durmiendo en el asiento de atrás.
Llegar a
Coruche, y sacar la colchoneta para dormir, también fue visto y no visto, así
hasta las 8 de la mañana que me desperté, claro, si hacéis cuentas, llegamos
con la bici a las 4,30, ducha, come, habla, recoge y llega a Coruche, o sea,
que dormí seguidas la friolera de 1,5 horas......
En fin,
amaneciendo y con buen humor me fui a los vestuarios a asearme y ponerme en
guardia para la última etapa, en la zona de avituallamiento tenían un bizcocho
fantástico y en un suculento chocolate de máquina que había lo mojé y desayuné
como un príncipe. Acto seguido, me guardé unos dátiles y un par de sándwiches
para la siguiente etapa ¿había dicho que estaba harto de las barritas?, me
prometí a mí mismo, no tomar una barrita hasta después de navidades.
Despierto el
grupo, nos llaman nuestros amigos, ...están llegando, una etapa muy rodadora,
sin desnivel y sólo 75 Km. así que en 4,5 horas se plantan allí, por su parte
han acabado esta prueba, ahora nos toca a nosotros rematar la faena.
En esta etapa
salimos con Gaspar del equipo de Mediaset, la mañana está fresquita pero
despejada y la euforia va haciendo acto de presencia, tenemos los últimos 94 Km.
para acabar la prueba y con tiempo suficiente para recrearnos en ello, pero por
el contrario, las ganas de finalizar hacen que volemos sobre el asfalto
portugués.
Cambio de
terreno, ahora circulamos por unas pistas enormes entre campos de eucaliptos,
la única dificultad, son algunos bancos
de arena que existen y que hacen que Gaspar
aterrice de forma, vamos a llamar, poco ortodoxa, sin consecuencias a destacar,
seguimos rodando, casi todo es buen firme, se combina el asfalto con la pista,
aquí no hay nada técnico, y tras pasar por la población de Muge cruzamos al otro lado del río
Tajo/Tejo por un llamativo puente metálico a la pequeña localidad de Morgado, por aquí el terreno es igual,
la elevación nula, todo llano y rodamos con velocidades altas, avanzamos por
zonas conocidas por mi hermano y por mí del Camino de Santiago Portugués, salvo que en dirección contraria,
paralelos al río y disfrutando tanto del día como del paisaje.
Llegamos a un
punto, donde se encuentra la única dificultad de la etapa, una verja cerrada
con un candado, la organización envió a ultima hora una modificación del
recorrido, suponemos que para evitar esto, pero entre unos y otros, no tomamos
nota de ella, así que la opción es, retroceder hasta encontrar un camino que
bordee la verja, o hacer lo que hicimos, trepar por la muralla hasta el otro
lado, y entre los 3 pasar las bicis por lo alto, así solventamos el obstáculo y
avanzamos hasta la localidad de Azambuja,
donde enlazamos con la carretera nacional y ahora sí, esto es rodar y rodar.
En un momento
dado, nos adelanta un ciclista de edad avanzada con bici de carretera y me
pongo a su rueda, acto seguido, me siguen Gaspar y mi hermano, el aire en
contra y el señor que nos marca una velocidad de 35 km/h. pegados a su rueda,
sin cansarnos mucho, hacemos los 12 Km. más fáciles de toda la etapa, lástima
que el track, nos desvía a la izquierda para coger pistas secundarias y
abandonar la carretera, así llegamos a Vilafranca
de Xira, donde callejeamos un poco para atravesar la población y volvemos a
la Nacional....donde ¡oh Dios mío! Nos reencontramos con nuestro amigo de la
bici de carretera, pero esta vez, le dejamos ir, porque paramos a avisar a
nuestros compañeros de nuestra inminente llegada, y la idea es que todos juntos
crucemos la meta.
Por mucho que
pedaleamos, la llegada se hace eterna, hay que recordar que aunque sean los
últimos, los 94 Km. de la etapa hay que hacerlos y parece que no llega nunca el
final, y sobre todo y lo más molesto, las dichosas rotondas que tenemos que
cruzar con un tráfico intenso que nos obliga a parar y arrancar más veces de
las que nos gustaría. Así llegamos a Povoa
de Sta. Iria, Sacavem y por último Moscavide,
donde volvemos a callejear, hasta que divisamos la zona de aparcamiento y a
nuestros compañeros esperando para cruzar todos juntos la meta.
No está mal,
casi 400 Km. en las piernas y la última etapa la hemos hecho en 4 horas y algo,
el ansia por llegar nos ha dado las últimas fuerzas y una vez que estamos todos
juntos, los últimos 2 kilómetros que faltan hasta el arco de meta, nos lo
tomamos con tranquilidad, como saboreando lo que acabamos de hacer, recordando
días no muy lejanos cuando partíamos de este mismo sitio en otra dirección, y
sobre todo, con una inmensa satisfacción por haber logrado lo que en principio
estaba catalogado como “la prueba más larga y dura del mtb”.
Línea de meta,
nos unimos por equipos, mi hermano con el otro José Andrés, Juanchu conmigo, y así pasamos los 4 bajo el arco de
meta, donde ya nos está esperando José
María, él también se lo ha merecido, ha sufrido con nosotros, nos ha
ayudado, nos ha aguantado, él es el quinto integrante de este gran equipo y
todos nos fundimos en abrazos y reconocimientos mutuos.
Se agradece el
masaje que nos dan los fisios que estaban puestos por la organización, ahora
nos toca el turno de las fotografías, de los comentarios, de saludar a los
compañeros que están por ahí, por supuesto los de Mediaset, que hemos hecho juntos las 3 últimas etapas, pero también
los de la Fundación Josep Carreras,
que habían llegado un poco antes, y sobre todo, disfrutar y empaparnos de las
sensaciones del momento, han sido 50 horas de pedaleo ininterrumpido, han sido
2 días y medio casi sin dormir, comiendo a deshoras, hemos sometido a nuestro
organismo a un desajuste brutal, pero sobre todo, hemos logrado nuestro
objetivo....llegar y disfrutar; como dice un buen amigo, lo principal de un viaje no es llegar a tu destino, sino disfrutar
mientras lo estás haciendo, y sin ninguna duda nosotros lo hemos hecho con
creces.
Etapa 11.- Las conclusiones.-
Todas
positivas, unas de mayor intensidad que otras, pero vamos por partes:
Técnicas:
Importantísimo en una prueba de este tipo, llevar la bici totalmente revisada y
en perfecto estado, el desgaste al que se le somete en muy poco tiempo y
debiendo ser totalmente autosuficiente entre etapa y etapa, tiene la importancia
suficiente como para que pueda ser decisivo si se acaba o no la prueba. En
equipos de 3 y 4 corredores, puesto que se pueden organizar la etapas en
función de las características del corredor, también se puede elegir (quien
tenga la opción) de abrir el eterno debate, 26”, 27,5” o 29”; en nuestro caso,
como era una etapa sí y otra no, no teníamos estrategia alguna más allá de
etapas pares o etapas impares, porque lo que sí se antoja un suicidio es
realizar dos etapas seguidas.
Imprescindible,
repuesto para las bicis, por lo anteriormente comentado, tampoco es que haya
que llevarse un taller, pero lo más habitual, cámaras, cubiertas, eslabones de
cadena, y algún cable por si acaso, y bridas de plástico, que siempre vienen
bien; en nuestro caso no hizo falta nada
más que una cámara y una cubierta, pero con tantos kilómetros nunca se sabe.
La orientación
es otro punto fuerte, si corres con la media del pelotón, podrás orientarte con
los compañeros que te preceden o dejarte llevar por los que te adelanten, en
nuestro caso, como ya partíamos con
desventaja desde la primera etapa, no teníamos más alternativa que seguir el
track del GPS, en mi caso, hice caso de un consejo que leí en algún sitio, y
que recomendaban llevar 2 GPS, y así hice, la verdad es que es una idea muy
buena, cada uno con distinta escala y así, con uno podías ver la trayectoria de
un simple vistazo, y el otro lo llevaba con más detalle para los cruces
conflictivos, usé el Garmin 810 de mi amiga Eva, y mi viejo Garmin Legend
Etrex, que sigue cumpliendo su función con creces.
Logística:
Obviamente, todo depende del presupuesto, como he mencionado, la mayor parte de
las asistencias eran auto caravanas, creo que es muy necesario para descansar,
además del plus de comodidad que te facilita el mayor espacio, y sobre todo, lo
que hemos echado en falta, no solo poder dormir, sino, tumbarte a relajar las
piernas, sin embargo, para equipos de 3 y 4 corredores, es perfecta, pero para
un equipo de 2 corredores, realmente la ventaja disminuye, puesto que el tiempo
de descanso se limita a lo que tarde tu compañero en realizar su etapa
correspondiente, aun así, obviamente, cuanta mayor comodidad, mejores
sensaciones de descanso se obtienen.
Lo del
fisioterapeuta, ya es un lujo, aunque la verdad si no tienes ninguna caída o
lesión, entre etapa y etapa, las piernas, al menos por nuestra parte, no se han
resentido demasiado.
Y por
supuesto, la furgoneta, cuesta entre 4 y 5 etapas coger los hábitos mecánicos
de poner y quitar trastos y maximizar el espacio que tienes, y cuando ya
funciona es cuando se acaba la carrera, pero es la opción B, y también sirve.
Lo que sí es
muy, muy importante, es la asistencia de un conductor, al menos en equipos de 2
corredores, por cuestiones obvias, según avanzan las etapas, el cansancio se
acumula, y honestamente, si no hubiéramos tenido a nuestro amigo José María para tal función, se antoja
incluso peligroso conducir con el desgaste físico que teníamos encima.
Organizativas:
La organización, perfecta, pero una vez empezó la prueba, porque si de algo
adoleció fue de falta de información de manera anticipada, no es de recibo que
una prueba tan larga, los tracks de la ruta los pasaran 48 horas antes, cuando
además no coincidían los datos con los que previamente nos habían facilitado;
además, apareció la dichosa aplicación para los Smartphone que era
“obligatoria”, y que no funcionaba, ni todo lo bien que era necesario, ni en
todos los móviles, haciendo que aumentara nuestro nerviosismo, puesto que no se
nos indicó si eso era motivo de descalificación o no. Pero salvo esos
problemas, todo funcionó a la perfección, asistencias médicas en variados
puntos a través de ambulancias, estaciones de control y avituallamiento muy
profesionales, amables con los participantes y sin escatimar nada, perfecto el
control a través de las pulseras identificativas, y funcionamiento
extraordinario de los chips de control, tanto de la bicicleta como de la
pulsera para los relevos. El avituallamiento de cada estación le correspondía a
la localidad organizadora y también fueron abundantes y variados, de los que no
podemos tener ninguna queja, y eso que nosotros éramos de los que iban cerrando
“barras”.
Personales:
Evidentemente muy satisfechos, si nuestro objetivo al inscribirnos, simplemente
era acabar, nuestro miedo era que nuestras fuerzas no dieran de sí lo
suficiente para superar los cierres de control, con el paso del tiempo y una
vez publicados los horarios, el miedo a las fuerzas se fue diluyendo y apareció
el temor a las caídas y/o averías, o bien a la climatología, hay que destacar
el buen tiempo que nos acompañó, si hubiera llovido, estaríamos hablando de
otra historia totalmente diferente, y no para mejor.
Con el paso de
las etapas, los nervios desaparecen, las fuerzas van disminuyendo, pero a su
vez, las ganas y la ilusión van en aumento, a partir de la mitad de la carrera,
ya no contemplas la opción de retirarte ni de abandonar, te sientes como un
auténtico Gigante que puede con todo lo que te echen para luchar, hasta que
llegas a un punto en que sabes que salvo una desgracia mayúscula vas a superar
esta prueba, eso se respira también en el ambiente con los compañeros, el
cansancio se mezcla con la euforia y tu subconsciente sabe que ya eres un Finisher, mientras pedaleas usas todas
tus fuerzas, tanto físicas como mentales, para seguir avanzando, sobre todo en
las etapas nocturnas, te acuerdas de las horas de entrenamiento, te sirven las
experiencias de otras carreras, como el Soplao, la Titán de la Mancha, el
Camino de Santiago, y sobre todo, te sirve de ayuda, saber que hay personas que
están detrás de ti apoyándote y esperando que cumplas con el objetivo; no me
importa reconocer públicamente que me sirvió de motivación extra en los malos
momentos, acordarme de nuestro apoyo solidario a la Asociación de Mucopolisacaridosis de Castilla La Mancha (MPS),
de nuestro amigo Andrés y su
familia, y de tantos como ellos, que luchan y pelean diariamente para seguir
adelante, cuando eso te pasa por la cabeza, te comes el mundo, da igual las
cuestas, las trialeras o lo que te duelan las piernas, sigues pedaleando como
un demonio para seguir avanzando.
Y la llegada a meta,
¡apoteósica!, no se necesitan grandes multitudes aclamándote, sólo se necesita
un arco de meta bajo el que pasar, y lo demás sale por sí solo, el cansancio,
el sueño, el dolor, todo desaparece en un segundo y te unes a tus compañeros en
un abrazo y en una sonrisa que no se puede describir con palabras, solamente
hay que estar ahí, para comprenderlo. El objetivo cumplido, la aventura
realizada, la odisea terminada, ahora a descansar y a aburrir a los compañeros
con las batallitas, pero en tu interior, aunque haya sido posiblemente la
prueba más dura que has hecho, ya están pensando….y el año que viene ¿volvemos?
Por último, muchísimas gracias a
nuestros colaboradores/patrocinadores, el Excmo. Ayuntamiento de Campo de
Criptana, www.santafixie.com, MPS
Castilla La Mancha, www.Intermagister.com,
y por supuesto, a nuestros compañeros y amigos del MTBGIGANTES y a nuestras familias, que nos soportan, apoyan y sufren nuestras ausencias.
Manuel
Carrasco
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